todos escogemos todo el tiempo. y a medida que uno crece, se va dando cuenta de que esas preferencias por una u otra cosa, se llaman decisiones. y si, algunas suelen ser algo (muy) importantes.
al principio es facil. chocolate sobre fresa, azul sobre amarillo, pintar sobre hacer tareas (esa de lejos).
hasta que un dia te ves decidiendo sobre lo que vas a estudiar, sobre lo que vas a hacer (y ser) el resto de tu vida, sobre donde vas a vivir, con quien y cuando. todo junto. y todo exigiendo la mejor de las respuestas.
y uno (o bueno ya, yo) suele (suelo) asustarse(me). abrumarse creo que es la palabra. porque no sabes si haces bien, porque no sabes si lo que vas a escoger esta bien o no. porque ya no eres un niño como para cambiar fresa por chocolate si es que algo no te gusta en el camino. porque las preguntas siguen surgiendo como pop corn en la cabeza, y a veces (muchas veces) no tenemos las respuestas tan inmediatas.
entonces, nos asustamos. y nos paralizamos.
entonces, preferimos no pensar o llenarnos la cabeza de otros pensamientos. pero no ver ni de reojo lo que tenemos que ver y es importante (y sabemos que lo es).
entonces, optamos (si, una vez mas decidiendo) por huir o pensar que "no es tan importante... ya vendra alguna señal que me haga escoger".
sin embargo, la vida no para, no espera, no avisa (*). y muchas veces (siempre?) tenemos que correr a su propio ritmo.
para nuestra suerte, aun hay angeles volando alrededor de nosotros. y, para nuestra suerte, ellos nos ayudan a ver que puede ser mejor para nosotros y que no. nos ayudan a pensar con la perfecta combinacion de cabeza y corazon (bien a lo capitan planeta). y una vez mas, nos tranquilizamos, pensamos despacio y a nuestro propio ritmo, y tomamos una decision. buena o mala, pero nuestra al fin.
y seguimos caminando.
(uf. felizmente.)
(*) inoportuna - jorge drexler
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