desde chiquita me he esforzado mucho por hacer las cosas perfectas. he tratado de ser la niña que siempre tenia buenas (buenisimas) notas, que hacia cosas fuera del colegio (y bien), que destacaba en todo lo que se metia a hacer.
cuando llego la universidad fue casi igual. apendice, ius, el estudio, voluntades. todo tenia que estar perfectamente cuadrado y coordinado con las demas cosas que me hacian ser el robotito gordito y perfecto.
hace unos dias me di cuenta de que esa perfeccion no era parte de mi. que esa perfeccion no me hacia (ni hace) feliz. sino era una forma de contentar a los demas. que era una forma de demostrar que puedo hacer todo (o casi todo) lo que me dicen que haga.
pero no funciona asi. me di cuenta de que tambien puedo hacer las cosas mal y equivocarme. tambien puedo aprender lento y caerme (de todas las formas). tambien puedo tomarme un tiempo mas y respirar, andar sola y seguir con lo que quise empezar.
no rendirme, eso nunca. pero tener mi aire, mi luz, mi tiempo y mi espacio (*) para asimilar, entender, aprender, recordar y aplicar todo lo demas. sin presiones, sin contentar a nadie mas que a mi. solo eso.
(*) poema genial de bukowski.
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