llegue de viaje ayer. me fui por tres días (que parecieron una semana despues de todo lo que hicimos, conversamos, reimos y vivimos) y aun tengo la sonrisa bien plantada en los labios.
nunca habia viajado con mis bestias. siempre que salia la chance de hacerlo, me entusiasmaba la idea, pero terminaba desanimandome al final por razones que ya no vienen al caso. hasta que llego cusco como una idea de viaje que me fascinaba, y me entusiasmo mas hacerlo con mis bestias al costado.
compramos los pasajes con meses de anticipacion, y contabamos los dias para estar todos juntos de nuevo viajando, conociendo, diviertiendonos y siendo nosotros, que es lo mejor que sabemos hacer. hasta que llego el dia.
desde que me subi del avion el 30 de octubre, hasta que me baje de el ayer, no he parado de sonreir. a pesar del poco sueño (y mi profundo sentimiento marmotesco), de los malos entendidos (solo a veces), de no estar todos juntos todo el tiempo, y de las dificultades propias de un viaje algo accidentado, tengo una sonrisa tatuada desde el martes y se que no me va a abandonar en un buen tiempo.
mis rendidas gracias, mis bestias preciosas, por ayudarme a recordar lo que es estar con ustedes y ser tan feliz, solo tomando sopa de pollo y viendo voley. solo caminando por la calle y diciendo tonterias. solo tirandonos en el pasto para captar la mejor foto. solo haciendo nada. y todo, porque en verdad el viaje fue todo para mi.
les amo con pasion, locura y frenesi (de verdacito).
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