(post pensado desde el 17 de septiembre, y elaborado mucho despues debido a las multiples obligaciones de este duende cacheton).
vivir un nacimiento es algo especial. muy especial. saber que como seres humanos y falibles, tenemos la magica capacidad de hacer un milagro, dando vida a otro, es simplemente maravilloso.
vivir el nacimiento de una personita a la que ya adoras aun sin conocerla es aun mas agico y maravilloso. y eso me acaba de pasar por tercera vez con el nacimiento de mi sobrino Alejandro (asi con mayusculas y todo).
si bien las expectativas de hacer crecer a la familia no estaban en los planes de mi hermana y mi cuñado, y hubo lagrimas, gritos e incomprensiones al principio, alejandro se fue colando en la ilusion de todos como un rayito de sol que se mantenia a pesar del invierno cada vez mas frio en lima.
y finalmente, un 17 de setiembre, nacio. despues de no querer salir (yo hubiera hecho lo mismo, hacia mucho frio para salir de la barriga de la mama que estaba calientita!) y de hacer sufrir a mi hermana con un parto sin epidural, nacio. con el ceño fruncido y la boquita como un punto. lindo.
y eso me hace feliz. aunque por ser duende no pueda verlo como me gustaria, me hace feliz saber que hay una personita linda y chiquitita a la que puedo engreir, educar y querer mucho.
y estas letras son mi homenaje para Alejandro. porque ya lo adoro incluso cuando era un pequeño frejol, y ahora que puedo verlo es aun mas lindo todo.
(prometo cuidarte y jugar contigo como lo hice (y trato de hacer) con tus hermanos. gracias por hacerme sonreir de solo pensar en ti.)
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