[esto lo escribi hace mas de un año. es el principio de una historia que rondo y ronda mi cabeza desde hace ya un buen tiempo. aun no tiene ni continuacion ni final. pero algo es algo no?]
(trazando los caminos. dibujandolos. formandolos. escondiendonos de lo que nos hace daño.)
a elias le gustaba caminar. le gustaba encontrar las respuestas desde sus zapatillas desamarradas, siempre pegandose a las lineas blancas del asfalto. sonreia pensando en como seria todo si las pistas fueran rojas, y las lineas del medio verdes. si todos los autos fueran naranjas (en color y forma), y los arboles sirvieran como semaforos. y volvia a sonreir.
de pronto, lucia volvia a su mente como una burbuja. y de nuevo reventaba, justo frente de sus ojos, haciendo que el jabon hiciera brotar lagrimas de ellos. y otra vez la palabra. la sensacion. otra vez solo. sabiendose solo y pensando en ella. y a pesar de eso aun era capaz de sonreir.
lucia no. se habia convertido en una de esas economistas exitosas que deben vestir de traje todos los dias. tenia un auto propio (sin color ni forma de naranja), tomaba mucho cafe (muy dulce), y a veces iba al cine. ocasionalmente sola, ocasionalmente acompañada. pero siempre sola.
habia aprendido a no llorar, a no extrañar, a no tener nostalgia. su vida transcurria como un conjunto de charcos que nunca podian juntarse (porque ella era demasiado ordenada para eso).
entonces, seguia existiendo. con sus trajes de diseñador y sus cafes dulcisimos en las mañanas. con los cuadros estadisticos de riesgo. con el recuerdo de la sonrisa de elias colandose de vez en cuando. pero siempre sola.
y sin sonreir,
con esa lineas que los divide. pero que es intermitente. entonces...
[entonces aun no se. no se pierdan -probablemente y conociendome, de aca a un año- la continuacion. a la misma hora -tratare- y en el mismo canal. chasgracias.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario